martes, 10 de noviembre de 2009

El dinero (IV)

Si has estado leyendo las entradas sobre el dinero hasta ahora, probablemente ya hayas llegado a la conclusión de que el dinero es necesario y a la vez, de alguna manera, injusto. Al menos tan injusto como que tú seas más inteligente que yo porque el mapa geográfico de tu cerebro es más eficiente procesando la información que le llega. O tan injusto como que España no tenga reservas de petróleo y Venezuela sí. El dinero resultaba muy conveniente, no todo valía como dinero, y lo que valía no lo tenía todo el mundo. Muchos se enriquecieron por poseer lo que casualmente era valioso, otros lo obtuvieron por la fuerza. Injusto.

El mal, sin embargo, ya esta hecho en gran medida, y hoy en día el dinero es algo común. Y pese a que muchas de esas desigualdades iniciales siguen imprimiendo su huella en nuestra sociedad, por no hablar de los conflictos que su distribución desigual ha producido, los mecanismos por los que se mueve ahora el dinero existente son diferentes, y no entraré a valorarlos aquí. La cuestión es que pese a todo, el dinero total en el mundo sigue sin ser una cantidad constante, sino que cambia de continuo, por aquello de que la cantidad óptima en realidad depende de las transacciones económicas que se realicen, como vimos en la anterior entrada del blog. ¿Cómo se crea/destruye el dinero hoy en día?

De distintas maneras, pero para entenderlo tengo que introducir los dos tipos más importantes de dinero en nuestra sociedad actual, el dinero bancario y el dinero legal.

Primero, entendamos el "dinero bancario". No todo el dinero que existe son billetes y monedas. También las anotaciones en las cuentas corrientes y depósitos a corto plazo se considera dinero. Este, de hecho, es cada vez más importante gracias a la existencia de tarjetas de débito, que convierten una transacción monetaria en un reajuste de saldos entre dos cuentas, la del comprador y la del vendedor. El dinero bancario surgió, precisamente, de los primeros bancos. Un comerciante prefería mantener sus ahorros bajo custodia de una persona especializada, que además podía ofrecerle ciertas garantías en forma de seguros, por ejemplo, y conforme se desarrollaba la banca, hasta la posibilidad de ajustar saldos entre cuentas de un mismo banco en diferentes ciudades, sin necesidad de transportar el dinero, actividad, en su momento, no exenta de riesgo.

Es más, a cambio del depósito del dinero, el banco emitía un certificado de depósito, un vale, que servía para reclamar la cantidad en él impresa. Pronto se entendió que resultaba conveniente emitir estos vales al portador, porque resultaba más seguro y sencillo realizar las transferencias económicas con estos vales en lugar del propio oro o lo que sea que sirviese de dinero, siempre que el banco tuviese buena reputación solvente. Así nació el llamado dinero bancario.

A la par, el hecho de que se valorasen como dinero estos vales hizo que existiesen siempre grandes cantidades de dinero real depositadas en los bancos, por lo que los banqueros comenzaron a emitir vales a modo de préstamo, sin necesidad de que estuviesen respaldados por dinero real. Al fin y al cabo, en promedio nadie exigía todo el dinero depositado.

Hoy por hoy las cosas no son muy diferentes. Cuando se solicita un préstamo, el banco sencillamente tiene que alterar el saldo de una cuenta corriente en la cantidad correspondiente. Si todo el mundo quisiese el dinero de sus cuentas en billetes y monedas, sencillamente los bancos no podrían respaldarlo. Como comentario puntual, decir que existe una limitación legal al dinero que un banco puede represtar, y este es un porcentaje del total del dinero depositado en él.

Aparte del "dinero bancario", el otro tipo de dinero que es relevante en esta discusión es el llamado "dinero legal": el emitido por una institución centralizada con el respaldo del Estado. El oro y los metales preciosos en general ya se usan escasamente como dinero para intercambios, si bien siguen siendo parte de las reservas con las que los Bancos Centrales operan entre sí y respaldan el dinero legal emitido. Cómo llegó este oro a los Bancos Centrales es, por un lado, consecuencia de un balance favorable entre exportaciones e importaciones de un país, que al final se saldan en oro, pero también fue producto de expropiaciones y motines de guerra durante el curso de la historia.

La emisión de dinero legal depende del Banco Central, y en general no está atado a ninguna otra forma de dinero hoy en día. El Banco Central puede emitir más dinero o absorber el que está circulando dependiendo de las necesidades de dinero que tenga la sociedad, que como ya sabemos depende del número de intercambios que se realicen. La emisión/absorción de dinero también se puede utilizar para controlar, a corto plazo, la actividad económica. ¿Cómo distribuye el Banco Central este dinero? Esto es quizás más sutil. A veces lo que hace es permitir que los bancos comerciales puedan prestar más, cambiando sus reservas mínimas legales, o prestándoles el propio Banco Central dinero a menos interés (es decir, dinero más barato). Luego estos represtan este dinero a más interés. Otras veces hace lo que se llaman "operaciones de mercado abierto", obligando a bancos y otras instituciones a comprarle o venderle activos de su propiedad, como letras del tesoro, bonos, acciones, etc. De esta forma inyecta el dinero o lo retrae a conveniencia. Dinero que, esta vez sí, son en general monedas y billetes.

La combinación del dinero legal y el bancario da la cantidad total de dinero que existe en la sociedad. En la próxima entrada, trataré de explicar los criterios con los que el Banco Central manipula la economía para intentar controlar cuánto dinero circula, y por qué esto es importante.

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