domingo, 16 de agosto de 2009

Eficiencia de Pareto

El concepto de eficiencia de Pareto es sencillo de entender. Su propósito es ahondar en el problema del reparto, uno de los ejes de la Economía. Supongamos que queremos repartir una serie limitada de bienes entre un número mayor de individuos que están interesados en adquirirlos, si bien no todos ellos tienen el mismo interés. Hay muchas formas de lograr esto. Pues bien, un sistema de reparto es eficiente de Pareto si tras distribuir los bienes sólo se puede mejorar el bienestar de una persona a costa de empeorar el de otra. Esto de bienestar, claro, es un poco ambiguo, y es mejor entenderlo de otra forma. La idea es que un sistema de reparto es eficiente de Pareto si tras el reparto, los individuos no están interesados en intercambiar de otra forma los bienes de forma que la nueva situación les convenga más. Vamos, que si el primer sistema es el "oficial", y este es eficiente de Pareto, no surgiría un "mercado negro" alternativo porque realmente el sistema oficial habría conseguido repartir los bienes a los que estaban más interesados.

El ejemplo clásico es que un sistema en el que los productos se venden al precio en el que la oferta y la demanda se igualan es eficiente de Pareto. ¿Por qué? Porque se supone que el precio se ajusta de forma que sólo estén dispuestos a comprar esos bienes, a ese precio, el mismo número de individuos que unidades del producto hay. A un precio inferior, habría más gente dispuesta a comprarlo que unidades, y a un precio superior, lo contrario. Si por el contrario asignamos los productos, por ejemplo, por orden de llegada, podría ser que los más rápidos o madrugadores acaparasen todos, y como realmente les interesan más otros productos, posteriormente los venderían a aquellos que fueron lentos o vagos, pero que aún así les interesa más. Se produjo un mercado negro, y el sistema no es eficiente de Pareto.

En el elegante libro de Varian, "Microeconomía Intermedia", se profundiza más en esta cuestión. Es interesante, sin embargo, pensarlo por uno mismo. Por ejemplo, un sistema en el que se van repartiendo los bienes al mejor postor, ¿es eficiente Pareto?.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que aunque un sistema de reparto sea eficiente Pareto, no tiene porqué ser realmente justo en la práctica. Por ejemplo, un sistema de mercado como el descrito supone, de cara a la equidad, que todos los individuos tienen la misma renta, y por lo tanto que todos pueden aspirar a pagar el precio máximo. En la realidad, la distribución de renta no es homogénea (de hecho, en general sigue una curva llamada... de Pareto), lo cual es precisamente otro de los grandes problemas de le Economía. El debate se torna entonces más interesante. ¿Qué tipo de organización económica soluciona mejor el problema del reparto y el problema de la renta? De hecho, ¿qué problema es prioritario? Sobre estos problemas trataré de hablar en otro momento.

Para terminar, es interesante apuntar que no sólo los sistemas de mercado libre resultan ser eficientes de Pareto. Como mi amigo Juanjo López Villarejo me apuntó una vez, existen propuestas desde el mundo del socialismo en las que, si bien los medios de producción están controlados por el Estado, se utiliza un sistema de mercado para la asignación, resultando un sistema eficiente Pareto. Quien esté interesado en este no tiene más que empezar por uno de sus ideólogos, Oskar R. Lange, y luego tirar del hilo... de wikipedia.

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